Consejos Pedagógicos

INTRODUCCIÓN

Esta es una web sobre la llamada fractura digital de género. Una fractura que convierte la mayoría de chicas y mujeres del S. XXI en personas dependientes en un aspecto bastante significativo de su vida. Esto quiere decir que dependen de otros para configurar, modificar y arreglar sus aparatos electrónicos, indispensables no sólo para el ocio sino también para el trabajo y para la participación social. No solo esto, sino que también las hace dependientes de quienes decidirán cuáles son los aparatos y los programas que hay que inventar, diseñar, fabricar y consumir. Este es un problema social característico, y a menudo específico, de nuestras sociedades occidentales. El que supone que la relación que las personas de estas sociedades solemos tener con la tecnología no es sólo cuestión de nuestras habilidades e intereses personales sino también del género al que estamos asignados. O mejor dicho, que nuestras habilidades e intereses no se constituyen sólo de forma personal, en función de experiencias, maneras de vida y necesidades particulares, sino también en función del género vivido.

Durante las últimas décadas el problema se pensó y se estudió alrededor de los diferentes niveles de uso que hombres y mujeres hacían de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC de ahora en adelante), sin embargo estos usos se han igualado en los últimos años. Pero no ha sido así con todos los usos: los usos expertos (por ejemplo: el uso avanzado o experto de ordenadores, la resolución de problemas técnicos cuando aparecen, el diseño de las propias TIC, etc.) siguen mostrando una fractura de género enorme. Esta fractura es ya visible durante los estudios secundarios:

Gráfica 1: Fractura digital de género en estudios secundarios el 2008.

A nivel universitario podemos constatar también el que pasa en los estudios de informática, en España:

Gráfica 2: Evolución de la matrícula a las titulaciones de ingeniería informática de España desde el curso 2003/04 hasta el curso 2010/11

Y también podemos ver lo que pasa en los Estados Unidos de América en estos mismos estudios:

Gráfica 3: Evolución de la fractura digital 1985-2010

Lo que separa los dos lados de la fractura son números, pero lo que constituye las dos regiones no son números sino sentidos. ¿Significan lo mismo las TIC para hombres y mujeres? Comportan las TIC los mismos afectos (sentimientos, pasiones y emociones) a un lado y otro de la dualidad de género tal como está establecida en nuestra sociedad? La respuesta a ambas preguntas es no. De hecho no solamente no significan lo mismo, sino que aparentemente para uno de los géneros estos sentidos son negativos demasiado a menudo. Esto comporta desarrollar un desinterés para entender cómo funcionan las TIC que suele traer, lógicamente, a no querer entrar profesionalmente en este campo.

Sin embargo existe un pequeño grupo de chicas que sí desarrollan este interés y que sí apuestan por trabajar en la informática. Por eso, hace tres años emprendimos un proyecto orientado a comprender el sentido que las TIC tienen para estas chicas. Nos preguntábamos porque para ellas la tecnología no era algo para descartar como afición, poco interesante, aburrida o “cosa de hombres”. Para lo cual nada mejor que emprender un estudio cualitativo: hablar con ellas, entender sus motivaciones, conocer sus historias, sus trayectorias, sus experiencias con la tecnología. En definitiva conocerlas, no para saciar nuestra curiosidad, sino con el fin de generar algún tipo de intervención social que consiguiera romper la tendencia actual y permitiera situar además mujeres en este campo, es decir cerrar la fractura.

Padres, madres, educadores/as, profesorado, podéis ayudar. Las chicas colectivamente y con el apoyo de sus amigos y amigas pueden tomar conciencia del contexto desfavorecedor en el cual se encuentran. Con el apoyo de su entorno podrán generar espacios donde su interés por la tecnología no se vea coartado y en los cuales encontrar recursos para mantener su interés y desarrollarlo hasta dónde quieran.

QUÉ PODEMOS HACER COMO EDUCADORES/AS?

Aquí os ofrecemos una pequeña lista de cosas que podéis hacer para ayudar a cerrar esta fractura.

• Ofrecer esta web a vuestros hijos e hijas, estudiantes, socios de vuestra asociación, amigos, amigas… Explicarles qué encontrarán y porqué es importante que lo miren y reflexionen. Les podéis explicar también los datos que os acabamos de presentar y nuestro proyecto. Si queréis más detalles o queréis que vengamos a explicároslo o queréis organizar una sesión con los y vuestras jóvenes solo hace falta que nos contactéis por mail (grupderecercajoventic@gmail.com), Facebook (Joventic.Investigación) o Twitter (JovenTIC).

• Con una pequeña explicación hay bastante, después dejadlos un espacio para qué puedan navegar libremente. Fomentad que pregunten y expresen sus dudas personales. Fomentad debates sobre el tema en el seno del grupo.

• Aprovechad la lista de webs amigas o nuestra página de Facebook para buscar más información y pasársela. Os aseguramos que encontraréis cosas sorprendentes.

• Apoyad su interés respecto a la tecnología, no los desaniméis en nombre de futuras posibles dificultades. De dificultades hay en todas partes y no hay que esconderlas pero tampoco exagerarlas. Las carreras tecnológicas se pueden hacer, y esto nos han demostrado las chicas con quienes hemos hablado.

• Escuchad sus inquietudes y preocupaciones, abrid espacios de comunicación para que puedan expresarlas. Sed realistas, es decir no baséis vuestros juicios y apreciaciones sobre las chicas y la tecnología en rumores, prejuicios y sobreentendidos. En la web encontraréis experiencias reales, tanto para las cosas positivas como las negativas.

• Los estereotipos de género nos afectan a todos y todas, cambian la manera en que vemos la realidad y cambian las expectativas que tenemos sobre nuestras posibilidades en función de la categoría social a la que nos han asignado. Sed críticos con la gente que os diga que hay diferencias naturales entre chicos y chicas respecto a sus habilidades tecnológicas. Esto tiene un nombre: NEUROSEXISMO. Ninguna de estas supuestas diferencias ha sido demostrada científicamente nunca. Podéis empezar para poner a vuestro buscador la palabra neurosexismo y dejaos llevar por la navegación.