La docencia me encanta
En el Instituto la verdad es que no me animó nadie en concreto, porque yo tenía bastantes dudas. Fui muy buena estudiante, y lo típico, que tienes que empezar a elegir ciencias o letras. A mí me gustaban las dos cosas, y las dos cosas se me daban bien, y al final fue un poco por motivos prácticos: pensé que me iba a ser más fácil encontrar trabajo y tener carrera profesional si me iba por las ciencias que si me iba por las letras. Dije “Bueno, las letras las dejo más como hobbies, y para más adelante, y las ciencias más para trabajar, porque parece que tiene más salidas y que me va a ser más fácil encontrar trabajo”.
Muchas veces yo creo que elegimos la carrera por el nombre… Por desgracia, cuando tienes 16, 17, 18 años, la mayor parte de las veces ves las listas de carreras y no sabes de qué van ni la mitad. Entonces yo veía las de ciencias, y decía, “Las ingenierías todo el mundo dice que son muy difíciles, la gente se eterniza haciéndolas, y la Física a mí me ha gustado en el Instituto, parece que hay muchas especialidades unas más teóricas otras más prácticas…”. No sé, como que pensé “Si no tengo una vocación muy clara, ¿para qué me voy a meter en lo más difícil que hay? Pues cojo una cosa un poco más normalita”. Y claro, me metí en Física, que yo creo que es junto con Matemáticas de las carreras más difíciles que hay, pero eso lo sé ahora, no lo sabía entonces. Eran muchas asignaturas muy teóricas, muy difíciles, muy abstractas… es casi como filosofía pero con matemáticas, y yo soy más terrenal. Entonces, sacaba buenas notas, pero me suponía un esfuerzo sentarme a estudiar y sacarlas. Empecé a ver que iba a ser mucho esfuerzo sacar la carrera, y luego, unas salidas laborales, en España, bastante complicadas, cosa que no sabía cuando entré. Entonces vi, que si conseguía llegar hasta tercero de físicas, podía ya hacer cuarto y quinto de una ingeniería si me hacía un curso puente mientras tanto. Así que me lié la manta a la cabeza, me dividí el curso puente por la mitad, y mientras hacía segundo y tercero de físicas, me fui haciendo el curso puente, y así entré directamente en cuarto de Ingeniería Electrónica. Y ya mucho mejor, porque eran cosas más tangibles y más pragmáticas, mucho laboratorio, cosas muy aplicadas, que sí que ya veía que tenían aplicación directa en el mundo real, que resolvían problemas, porque la Física…
Ingeniería Electrónica tiene una parte de Telecomunicaciones, pues toda la parte de antenas microondas y demás, satélites, compatibilidad electromagnética, ¡esa parte es muy bonita! Luego tiene toda la parte de Electrónica, físicas de conductores, de dispositivos, y luego tiene toda la parte de Informática, pero de informática a bajo nivel, el hardware, los circuitos y así… ¡La verdad es que me parece una carrera preciosa! Disfruté mucho con prácticamente todo la verdad. Luego había otra parte de control de sistemas, que es más la parte de simulación, la parte industrial… quizás esa fue la parte que más me gustó. De hecho luego, cuando acabé físicas, a distancia y más tarde, hay una especialidad que es física industrial y fue la que hice porque tenía mucho que ver con lo que más me había gustado de la ingeniería. A otro nivel, ya centrales nucleares y cosas así, pero tenía mucho que ver.
La docencia me encanta, me gustan mucho las clases, me gusta mucho el campo en el que trabajo porque prácticamente todos los años tengo que estudiar cosas nuevas. La arquitectura de computadores cambia de un día para el siguiente, hay novedades constantemente, y me gusta mucho tener que estar mirando y aprendiendo y estudiando, me obliga, porque si no, yo creo que me aburriría más. A lo mejor si estuviera en una especialidad que siempre tuviera que explicar las mismas cosas, no me llamaría tanto. Me gusta el campo en el que trabajo y me encanta dar case, pues entonces las dos cosas juntas, es muy agradable… Sí, me encanta la investigación, pero tengo que reconocer que si sólo hubiera investigado, probablemente en algún momento malo me hubiera ido, y que lo que me ha enganchado, han sido los alumnos. Por muy cansada que esté, por muy de mal humor que esté, a la que me pongo con las clases, la verdad es que me lo paso muy bien. Me gusta mucho preparar las asignaturas, las prácticas, las lecturas, me gusta estar en el aula, me gusta el trato con los alumnos. Entonces yo creo que lo que me ha enganchado en los momentos malos, han sido las clases, el pensar, “¡Jo, ahora me voy a ir a la empresa, me voy a otro sitio, y ya no doy cases!”. Y eso me daría mucha pena. Creo que sobre todo ha sido eso, y a veces el punto ese de, “¡Pues me quedo! ¿Crees que me voy a ir? ¡Pues no!”. Yo creo que a veces también ha sido eso, de decir, “¿Sí? Pues me voy a quedar, hombre!”
Rosalía, 35 anys, Llicenciada en Enginyeria Electrònica i Física, Doctora en Enginyeria Informàtica, professora d’Enginyeria Informàtica a la Universitat.