La conexión entre una pantalla y mi mano
La primera vez tenía ocho años y era el ordenador de casa de mis padres.
Cuando cumplí los ocho años tuve el permiso de mi padre para tocar aquello que era tan delicado, que era nuevo en aquel momento, y que no todo el mundo podía tener en casa. Lo puse en marcha y mi padre me puso juegos, aquellos típicos de 16 bits, y allí fue cuando me quedé maravillada de cómo de una pantalla y de mi mano podían salir cosas, quiero decir, la conexión esta.
Con aquel ordenador ya jugaba mi hermano, que era más mayor. Mis padres lo habían comprado para nosotros, de cara a nuestro futuro, junto con aquellos disquetes típicos de enciclopedias. Y en mi caso, cuando cumplí los ocho años fue: “Bueno, ya puedo tocar aquello que veo que todo el mundo usa menos yo”
Era justo cuando Internet estaba empezando y los ordenadores todavía eran muy limitados de memoria, y como que los CD todavía no estaban muy implementados, iban con disquetes. Lo usábamos básicamente para jugar y como mucho quizás mi hermano había usado el antiguo Word. El que teníamos en casa era el Windows 95 que se usaba para leer la enciclopedia cuando teníamos que buscar cosas para algún trabajo de la escuela.
Gisela, 20 años, 2º de Ingeniería Informática